Después de 18 años de liderazgo, Angela Merkel entrega las riendas del partido conservador alemán en una votación con acentos históricos que también deben determinar el rumbo que tomará Alemania en el futuro. Los 1,001 delegados de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), un tercio de los cuales son mujeres, deben elegir a un nuevo presidente en la tarde en un congreso celebrado en Hamburgo el sábado.
Tres contendientes se están ejecutando para el trabajo, que también es un comienzo para la Cancillería alemana. El ministro de salud Jens Spahn es juzgado fuera de la contienda, la votación debería reducirse a un duelo entre un amigo cercano del canciller, Annegret Kramp-Karrenbauer (56), quien respalda la línea del mentor centrista y un rival, Friedrich Merz, de 63 años, partidario de un giro brusco a la derecha.
Este conservador de la vieja escuela quiere recuperar a los partidos decepcionados de la era de Merkel para votar por la extrema derecha, especialmente después de la apertura de las puertas de Alemania a más de un millón de refugiados sirios o iraquíes en 2015 y 2016.
Las encuestas predicen un voto muy apretado, ya que los delegados parecen divididos en el camino a elegir después de Merkel. “Estoy agradecido de haber sido presidente por 18 años”, dijo Angela Merkel en la inauguración de la conferencia el jueves. “Es un tiempo muy, muy largo y, por supuesto, la CDU ha tenido sus altibajos”, dijo. Anteriormente apodada cariñosamente “Mutti” (mamá) por la opinión pública, a finales de octubre se vio obligada a renunciar a representarse a sí misma al frente del partido luego de dos elecciones regionales muy decepcionantes.
A la edad de 64 años, el líder de la economía líder de Europa durante trece años todavía quiere pasar por su mandato como Canciller hasta 2021. “Espero continuar trabajando como canciller”, dijo el jueves. ¿Tendrá éxito? La elección de su sucesor le dará un elemento de respuesta. Cada uno de los candidatos prometió respetar su deseo. Pero una cohabitación armoniosa a largo plazo con Friedrich Merz, expulsada hace una década de la CDU por Angela Merkel, parece poco probable.
Muchos predicen su salida de la cancillería el año que viene después de las elecciones europeas de mayo si los partidos tradicionales son sancionados nuevamente o, a más tardar, en otoño después de las elecciones en tres Länder en el este del país, todos los bastiones de la extrema derecha. A menos que su socio en la coalición gobernante, el propio Partido Socialdemócrata en crisis, acelere el fin del canciller dejando el gobierno mismo.
Friedrich Merz recibió un apoyo inestimable del jefe de la Cámara de Diputados Wolfgang Schäuble, para quien su elección “sería la mejor para Alemania”. La CDU necesita renovación más que nunca. Atacado a la derecha por la Alternativa para Alemania (AfD, extrema derecha) y roído en el centro por los Verdes, la formación ya no cosecha con sus aliados bávaros CSU que 26 a 28% de las intenciones de voto en las encuestas.
En las elecciones legislativas de septiembre de 2017, se vio debilitada, pero con otro 33% de los votos. Todos los pretendientes están buscando su manera de diferenciarse del legado del Canciller. “Tengo mi propio perfil y mi propia biografía”, dijo el miércoles el católico AKK, refiriéndose en particular a su feroz oposición al matrimonio para todos.
En cuanto a la política de migración, abogó por la expulsión de sirios condenados por actos criminales, un paso que incluso el muy conservador ministro bávaro del Interior, Horst Seehofer, ha descartado. Friedrich Merz, llegó tan lejos como para cuestionar el derecho de asilo tal como está escrito en la constitución. Después del generoso período de recepción de migrantes en 2015 y 2016, una cosa es cierta, se cerrará un capítulo con la salida de la Sra. Merkel del jefe de su partido.
