Con casi el 59% de los colegios electorales registrados el domingo por la noche, los resultados oficiales dieron a la lista presidencial encabezada por Alberto Fernández y su compañera de campaña vicepresidencial, Cristina Fernández , alrededor del 47% de los votos. Macri y su aliado, Miguel Ángel Pichetto, tenían casi el 33%. Hubo otras seis pizarras presidenciales en las elecciones del domingo, con 33,8 millones de personas con derecho a voto.
“Hemos tenido una mala elección y eso nos obliga a redoblar nuestros esfuerzos para que en octubre continuemos con el cambio”, dijo Macri en un discurso nocturno.
Macri cuenta con el apoyo de los mercados financieros y de Washington, pero ha perdido popularidad en medio del descontento por las medidas de austeridad y el bajo crecimiento. Él dice que está tomando las medidas necesarias y dolorosas para poner en marcha la economía después de 12 años de populismo izquierdista bajo Cristina Fernández y su predecesor y difunto esposo, Néstor Kirchner.
Las primarias en Argentina se llevan a cabo simultáneamente y la votación obligatoria convirtió la competencia del domingo en una prueba decisiva para las elecciones presidenciales del 27 de octubre, ya que los principales partidos ya han elegido a sus nominados.
Alberto Fernández fue el jefe de gabinete de Cristina Fernández durante su mandato inicial en 2007-2011, pero muchos interpretan un voto por su boleto como un voto de confianza para el ex líder, que tiene una base confiable de seguidores. Los dos no están relacionados.
Cristina Fernández dice que Macri debe ser derrotado para que puedan luchar contra la pobreza y la falta de vivienda que ella culpa de sus políticas. Enfrenta una serie de juicios por corrupción durante su administración 2007-2015, denuncias que niega.
“Después de las primarias convocaremos a todos los argentinos para que se unan para resolver los problemas infinitos que tenemos”, dijo Alberto Fernández después de emitir su voto.
Los analistas esperaban los resultados finales para determinar el margen de victoria entre los dos candidatos principales, pero la amplia difusión reveló la considerable profundidad de la debilidad de Macri, lo que posiblemente posicionó al equipo de Fernández para ganar en la primera ronda de votación.
Para ser elegido presidente en Argentina en la primera vuelta, los candidatos deben terminar primero con al menos el 45% de los votos o tener un 40% y una ventaja de más de 10 puntos sobre el rival más cercano. Si ningún candidato gana en octubre, habrá una segunda vuelta en noviembre.
Luis Tonelli, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Buenos Aires, dijo que no había visto un proceso electoral “tan cerca y con tanta incertidumbre” desde que la dictadura militar argentina de siete años terminó en 1983. Lo describió como “un fracaso moneda que cuelga en el aire “.
El ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, está muy por detrás de los dos favoritos. Recibió el 8.4% de los votos. Los partidos que obtienen menos del 1.5% del total de votos emitidos en las primarias no aparecerán en la boleta electoral de octubre.
“Creo que con un gobierno de Macri y Pichetto vamos a avanzar”, dijo Ayde Amra, quien se retiró, refiriéndose a su apoyo a Macri y su compañero de fórmula Miguel Ángel Pichetto.
Pero Emiliano Marson, quien apoya la fórmula de Fernández, dijo que Argentina “debería tener políticas para la gente y no para el capital extranjero como lo estamos haciendo en este momento”.
