Desde que en 2012, Antonio Esfandiari, ganó el Big One Drop del WSOP, llevándose a casa más de 18.3 millones de dólares, había permanecido desde entonces como la marca del premio más grande del póker en toda la historia, récord que finalmente fue batido hace unos días por el chino Aaron Zang, quien dio una sorpresa al llevarse el nuevo bote más gigantesco jamás repartido a un ganador en un torneo de póker, aquí te contamos la historia.
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Un nuevo récord en el mundo del póker
El pasado mes de agosto 2019, se jugó en Londres el campeonato de póker Triton Million, un evento de beneficencia en el que se rompieron varias marcas en el mundo del póker, incluido el de la mesa con el buy-in más caro de la historia, pero también el del premio más grande de todos los tiempos que un jugador ha ganado en un solo torneo.
A lo largo de varios días, se disputaron diferentes torneos, aunque el más vistoso y épico fue el Triton Super High Roller Series de No Limit Holdem, el cual repartió 54 millones de libras (+65.6 millones de dólares), lo que representó también el sexto bote total más alto de la historia.
Sin embargo, el monto destinado al primer lugar, era el premio más vistoso del torneo, pues sus 19 millones de libras (+23.1 millones dólares), representaban la marca más alta que un jugador estaría ganando en un solo torneo, motivo por el cual atrajo las miradas del mundo entero, y particularmente de algunos de los mejores jugadores del planeta.
A la mesa final llegarían varios jugadores de gran renombre y fama mundial, siendo el gran favorito, y por un buen rato el líder en fichas, el estadounidense Bryn Kenney, quien llegaba como el sexto jugador con más ganancias en el mundo del póker en todos los tiempos.
Un duelo épico en la historia de los juegos de casino
No obstante que un joven chino, no muy conocido en el mundo del póker, y que había comenzado en juegos de casino online, llamado Aaron Zang, vendría de atrás en la mesa, y no solo se mantendría con vida, dejando en la lona a varios de los favoritos, sino que llegaría además al heads-up, para enfrentarse en un emocionante y millonario mano a mano al favorito Kenney.
El chino, con persistencia fue ganando fichas, hasta llegar a una situación en la que llegó a tener poco más que el estadounidense, el momento crucial del torneo llegó cuando Zang tenía 28.2 millones en fichas, contra 22.2 millones de Kenney.
En la mano clave, Aaron obtuvo un 8 – 5 de diamantes, que de entrada no lucía muy prometedor, mientras que Kenney jugaba confiado, con un A – 6 de espadas, lo que aparentaba ser una mejor mano y por lo cual subió la apuesta inicial, la cual pagó el chino para ver el flop. Tras las tres cartas iniciales en la mesa, Aaron consiguió el par más alto, después de que cayó un 8 (y un 4 y un 3) en la mesa, por lo que hizo una apuesta fuerte, no obstante que Kenney, al juntar cuatro espadas, creyó que tenía mejores posibilidades, por lo que hizo un all-in, intentando espantar al chino.
Wang no lo pensó demasiado, y se la jugó confiando en su par alto, pagando la apuesta de Kenney. Finalmente ni en el turn, ni en la carta final, llegaría la espada que necesitaba al estadounidense para juntar el flush, ni tampoco el as que le hubiera dado un par mayor, y de esta forma el chino terminó ganando la mano, el torneo y embolsándose así el premio más grande de todos los tiempos en el mundo del póker.
Kenney, todo un referente en el mundo de los casinos, con su premio nada despreciable, subió además al segundo lugar de la lista general de más ganancias en la historia del mundo del póker.