Tras años de altibajos en sus cotizaciones, el futuro a largo plazo de las criptomonedas como Bitcoin, Ethereum, Ripple o Litlecoin depende en gran medida de su adopción por los negocios online más extendidos.
Contenido
ADOPCIÓN DE LAS CRIPTOMONEDAS EN NUEVOS SECTORES
Más allá de su uso con fines especulativos, el blockchain y las criptomonedas se están consolidando como opciones de pago en diversos sectores.
Mariah Carey o el rapero 50Cent revolucionaron la industria musical al permitir la compra de sus álbumes en Bitcoins, operación que sin duda vamos a ver repetida esta Navidad.
El sector del juego online parece haber encontrado un aliado perfecto en el Bitcoin, como lo demuestra el creciente número de casinos online que puedes encontrar en Casino Billions que lo han incluido en su lista de métodos de pago autorizados.
Otros mercados mucho más generalistas, como la banca y el turismo están ya evaluando la conveniencia del uso de criptomonedas en su operativa. El extendido uso de apps para móvil de ambos sectores, con millones de usuarios diarios, supondría el inicio su adopción a nivel global.
EL BITCOIN COMO VALOR REFUGIO
En un contexto económico global que apunta a una nueva recesión, no hay que pasar por alto la opción del Bitcoin y otras criptomonedas como valor refugio para inversores en busca de seguridad.
Los valores de refugio más clásicos como el oro o la plata han sufrido cambios muy relevantes en los últimos años, como consecuencia de su alta demanda. El Bitcoin, como emblema de las criptomonedas, bien podría convertirse en una opción alternativa a la hora de asegurar el patrimonio en horas bajas.
Sin embargo, los principales obstáculos con los que cuenta son su alta volatilidad y la constante amenaza de burbuja, que contrastan con los requisitos de mantenimiento de valor que se esperan de los valores refugio clásicos.
FLUCTUACIONES DEL BITCOIN
A diferencia de las monedas fiduciarias, el precio del Bitcoin no es oficial, sino que varía dinámicamente en función de la oferta y la demanda.
Desde su creación en 2009, el Bitcoin no ha sido ajeno a estas fluctuaciones constantes en su valoración, con variaciones en su cotización de hasta un 10% en solo 24 horas.
2016 puede considerarse como un año de adopción del Bitcoin, gracias a su incorporación en empresas como Uber, y tras doce meses de crecimiento sostenido acabó cerca de los 1.000 dólares. A partir de ahí, todo iba a dispararse.
En mayo su precio ya rondaba los $1.800 y seguiría subiendo hasta los $3.000 en el mes de julio. A partir de ese momento se desencadenaría una escalada en el precio debido al aumento de demanda que llevaría al Bitcoin a ser valorado en $4.000 en septiembre, alcanzar los $10.000 en noviembre y doblar su precio hasta los $20.000 en diciembre.
2018 despertó del sueño a gran parte de pequeños inversores, que han ido viendo una devaluación progresiva que ha llevado el valor del Bitcoin por debajo de los $4.000 en noviembre.