En el mundo económico y en la sociedad en general, hay un antes y un después tras la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008. El cuarto banco de inversión de Estados Unidos se ha convertido en el mayor símbolo del fracaso de un sistema y en el desencadenante de muchas tragedias personales.
Desde entonces, cientos de miles de familias vieron a sus miembros perder el puesto de trabajo y verse relegados a la pobreza más absoluta. 24 países del mundo vivieron quiebras bancarias. La deuda pública se disparó. La crisis pasó pero la mayoría de los ciudadanos de Europa y del mundo no han recuperado su nivel de vida después de la gran crisis de 2008.
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El desencadenante de la quiebra de Lehman Brothers
¿Por qué cayó Lehman Brothers? ¿Y por qué su quiebra tuvo unas consecuencias tan globales e históricas? Lehman Brothers movía una impresionante cantidad de dinero en todo el planeta: tenía activos por valor de 639.000 millones de dólares y más de 26.000 empleados distribuidos a lo largo del mundo. Su caída implicó unas pérdidas de más de 600.000 millones de dólares.
El gran problema es que los analistas financieros no supieron o quisieron reaccionar a tiempo y los expertos de Lehman Brothers no tomaron medidas, pese a que había indicios muy claros desde abril del año 2007. A partir de esta fecha se empezaron a suceder las quiebras de pequeñas y medianas compañías especializadas en el mercado financiero. El efecto contagio fue muy virulento con el transcurrir de los meses y muchos bancos empezaron a tener problemas.
¿Se dejó caer a Lehman Brothers?
Ahora que ha pasado el tiempo, muchos expertos aseguran que se dejó caer a Lehman Brothers. El nombre de Richard Fuld, consejero delegado de la compañía, es el de uno de los principales responsables. Pese a que el valor de la compañía se había despeñado en Bolsa, se negó a negociar con las autoridades para evitar la quiebra.
Henry Paulson, del Departamento del Tesoro, aparece también señalado en esta histórica caída pues puso numerosas trabas a la negociación. Paulson no proporcionó garantías a posibles nuevos accionistas para cubrir riesgos, lo que frustró las posibilidades de salvación de Lehman Brothers.
La única salida a la fatal crisis de la entidad crediticia era la llegada de nuevos accionistas o su compra por parte de otra compañía bancaria pero ninguna de estas soluciones se produjo. No hubo salvadores para Lehman Brothers ni los expertos implicados supieron implicar las fatales consecuencias de su desaparición.
Las consecuencias de la caída de Lehman Brothers
La principal y grave consecuencia es que todo el sistema financiero colapsó. Desde entonces, los Gobiernos creen haber aprendido una lección y en los últimos años se han dedicado, sin excepción, a inyectar dinero en entidades financieras con problemas. Este hecho lo hemos visto en España para salvar a grandes bancos, despertando la indignación de algunos sectores de la sociedad.
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