Internet bajo nuestros pies así funcionan los cables submarinos que conectan digitalmente el mundo

Cables submarinos que conectan digitalmente el mundo

La mayoría de las personas entienden internet como algo intangible, que damos por sentado y hemos vuelto cotidiano, pero no comprendemos del todo como funciona el sistema. Utilizamos la red durante todo el día. Millones de emails, búsquedas, imágenes en redes sociales, contenido académico y videos virales circulan gracias a un sistema casi omnipresente, pero que disfrutamos gracias a un complejo sistema de cables submarinos, en combinación con una infraestructura impresionante, de la cual tenemos poco conocimiento.

Una fascinante red de cables submarinos

Una amplia, compleja y fascinante red de cables se encuentra bajo nuestros pies y gran parte se ubica en el océano, permitiendo la interconexión instantánea entre continentes.

Si hablamos en términos simplistas, internet solo sirve para hacer que la información viaje del punto A al punto B, en el menor tiempo posible. Ahora, cada punto al que se hace referencia, es nada menos que las direcciones IP de nuestros dispositivos electrónicos, las cuales ofrecen códigos de ubicación. Para lograr esto, se depende totalmente de cables. Solo el 1% de las interacciones en internet se realiza por satélites, principalmente porque su costo es muy elevado y menos efectivo que los cables. Los cables, en cambio, resultan rápidos y muy económicos en comparación.

Cables submarinos de Internet
Infografía de un cable submarino.

¿El reto? Al unir continentes por cables, necesariamente han de colocarse sobre el lecho marino, un trabajo muy tedioso y que tomo varios años. Con más de 300 cables los que han sido sumergidos, y que recorren al menos 800.000 kilómetros. Cada cable se conecta en un extremo a diferentes servidores que procesan, almacenan y transmiten información de forma instantánea. Esto consigue que el 97% de los datos intercontinentales viaje a través de los océanos del planeta.

Más físico de lo que creíamos

Como curiosidad, el cable más largo que ha sido instalado, tiene unos 38.624 Km de largo y atraviesa Alemania, Corea y va más al sur hasta llegar a Australia, lo cual implica una interesante colaboración internacional. Eso convierte al internet en un sistema mucho más tangible y vulnerable de lo que nos imaginábamos. De hecho, para la colocación de los cables se necesita una inversión de millones de dólares, y en algunas ocasiones, los cables se encuentran sujetos a daño.

Algunos cables se deben colocar a una profundidad de 7,2 Km bajo el agua, lo cual los coloca en posición vulnerable ante desastres naturales, corrosión e incluso por mordeduras de tiburón. De hecho, solo en el océano Atlántico se producen unas 50 reparaciones de cable submarino anualmente.

Una vez en tierra, los cables siguen su viaje subterráneo hacia los diferentes centros de datos ubicados alrededor del mundo. Estos centros se ubican en edificios de varios tipos, algunos en plena ciudad y otros hacia las periferias. Lo más importante, es que la compleja red de cables y edificios que se combina para que disfrutemos el internet, demuestra que, aunque resulta casi omnipresente, es mucho más físico de lo que creíamos.

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